sábado, 9 de junio de 2007

Canasto rojo

Hace un rato fui a meter
unos calzoncillos sucios al canasto rojo,
y me encontré con tus calzones
negros de encaje,
y súbitamente me los lleve
a la nariz como si fuese
mentolatum en días de catarro,
me sorprendí, realmente me sorprendí!!!
que todavía oliera,
a tu boca muda,a tus labios sin voz,
al paraíso que habita
sobre tus rodillas.

Hay donde la salacidad
me produce un festín
de dioses y ángeles.

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